- Por Chris Mason
- Editor político, BBC News
Se están celebrando elecciones generales y pronto estarán en sus manos.
El poder pronto abandonará Westminster, al igual que quienes lo ostentan actualmente.
Los políticos y su futuro – pero más importante aún, la dirección del país – estarán en sus manos.
El Primer Ministro anunció la fecha frente al número 10 mientras llovía a cántaros y la música sonaba a todo volumen fuera de las puertas de Downing Street.
¿Canción? Quizás recuerdes el viejo éxito de los noventa, Things Can Get Better Only de T:Ream, de la época de Tony Blair.
Las expectativas de elecciones en otoño han aumentado durante semanas, lo que le dará al primer ministro al menos dos años más en el cargo y más espacio para mejorar las perspectivas económicas.
«No hay razón para emocionarse», me dijo un alto funcionario del gobierno hace unos días cuando participé en una conversación sobre las elecciones de verano.
Ayer tuve una conversación con otro conservador de alto rango durante más de una hora en la que todo giró en torno a una campaña muy larga que aún sonaría cuando las calabazas estuvieran afuera y brillando.
Pero no todo el mundo está al tanto de estas cuestiones.
Los resultados podrían estar en el filo de la navaja, y hay quienes instan a Rishi Sunak a hacerlo temprano, entre ellos el Viceprimer Ministro Oliver Dowden.
Quienes esgrimen ese argumento suponen que es posible que las cosas no progresen mucho, y que el deseo percibido del electorado de tener voz pronto corre el riesgo de exacerbar una derrota conservadora si se retrasa la cita con el electorado.
Caída de la inflación
En otras palabras, hazlo ahora o empeorará.
El primer ministro puede indicar que al menos algunos de sus objetivos se están cumpliendo o parecen estar en camino de cumplirse.
Por supuesto, esto no se debe a la acción del gobierno.
Pero se culpa a los gobiernos cuando se dispara, por lo que es razonable esperar que intenten desviar parte de la deuda cuando caiga, y así ha sido.
El panorama económico más amplio parece un poco más brillante.
Luego está el plan de enviar algunos solicitantes de asilo a Ruanda.
Esto aún no ha sucedido, pero parece que los vuelos podrían ser inminentes incluso durante la campaña electoral, aunque la afirmación de que actuará como elemento disuasivo no se comprobará antes del día de las elecciones.
Y así comienza la campaña.
Los conservadores dirán una y otra vez: ten cuidado con lo que deseas. Los trabajadores y otros dirán una y otra vez que es hora de un cambio.
Pase lo que pase, el resultado será algo.
O las encuestas son en general acertadas y el partido de gobierno cambiará, o están equivocadas y será una de las mayores sorpresas de los últimos años.